Ejes temáticos

1. Desvíos: 
A la versión quijotesca de Pierre Menard, le suceden numerosos episodios de autorías apócrifas o fraudulentas, de plagio e impostura poética que sustentan las disquisiciones teóricas en torno a la intertextualidad, los pactos de recepción y el polimorfismo textual. Tal inclinación hacia las formas palimpsésticas invita a indagar en aquellos actos de reescritura tramposa en que, o bien el autor manipula su creación literaria desde la sombra del heterónimo, o bien se apropia de una obra ajena con intención paródica, mitificadora o de denuncia. Tendrán aquí lugar las reflexiones sobre la tendencia posmodernista al pastiche y al plagiarismo, entendidos como procesos legítimos, incluso canónicos, de creación textual. Asimismo, cabría reflexionar sobre los casos de misunderstanding o malas lecturas en correlación a las poéticas derivadas de las interpretaciones fraudulentas, la traducción espuria o los desvíos insidiosos.

2. Traducciones: 
La traducción se constituye indudablemente como una de las formas más evidentes de la lectura: el traductor es un lector que maneja dos códigos y establece entre ellos un diálogo a todas luces creativo. Intervenir el texto, “traicionarlo”, se convierte por tanto en la única manera de volcarlo a otro idioma, pero en algunos casos la operación resulta más osada de la cuenta. Existen traducciones que mejoran el original, traducciones piadosas y traducciones creativas, y junto a ellas hay también las entrometidas y las maliciosas. Por lo tanto, resulta de enorme interés la reflexión sobre las distintas manifestaciones de la traducción, ya sea en su acepción más literal (la literatura hispanoamericana vertida a lenguas extrañas y ejerciendo una influencia en esas literaturas nacionales; y también, por supuesto, en sentido contrario: véase a Sergio Pitol traduciendo brillantemente al español la literatura de Europa del Este), o metafórica, en tanto ejercicio de transformación cultural –la transculturación del individuo– que va más allá de la mera adopción de otra lengua (y para ellos son paradigmáticos los casos de Witold Gombrowicz, W.H. Hudson y Copi, junto a otros). Por último, cabe pensar en la traducción como detonante de la propia obra creativa.

3. Linajes: 
A diferencia de lo que sucede en la vida real, el escritor puede decidir a qué familia pertenecer, e incluso formar parte de varias familias a la vez. En consecuencia, el crítico puede jugar a trazar árboles genealógicos, puesto que, en palabras de Alberto Manguel, “los libros que leemos son, además, los libros que otros han leído”. ¿Cuál es el origen de una estrategia narrativa, de dónde proviene la utilización (o corrupción) de un recurso literario, cuál es el aire de familia de determinado narrador fraudulento, cínico o mentiroso? A fin de cuentas, interesa identificar en la medida de lo posible las vertientes de las que bebe cada escritor, el lugar en el que ha leído aquello que luego pone en juego, conscientemente o no, en su propia obra. Por otro lado, se hace imprescindible considerar la existencia de lecturas fundacionales: la interpretación determinada de un autor que causa singular fortuna y se hace única, generando una descendencia a partir de ella (y estrechando de este modo el espacio para otras posibles lecturas de su obra): los genes dominantes y los genes recesivos de un autor. Por último, en esta línea se encuadra la identificación de rasgos recurrentes, así como la actualización de elementos textuales clásicos tales como mitos, tópicos o arquetipos de la tradición literaria.

4. Vaivenes:
Junto al corpus de obras sacralizadas y convertidas en monumentos de las diversas literaturas nacionales conviven aquellos títulos alternativos que, por razones formales e ideológicas –o incluso arbitrarias– han sido descartados del canon institucional. La porosidad de las fronteras canónicas, sobre un mapa en constante corrección, advierte de su naturaleza inestable y abre un cauce de reflexión sobre los cambios de paradigma y, en concreto, sobre las variantes que rigen las respectivas dinámicas de inclusión y exclusión. Los debates acerca de las reglas que subyacen a los procesos de canonización y descanonización fecundan la actual crítica latinoamericana, que se pregunta por las razones y los agentes que intervienen en tales negociaciones.


III CIJILH (2015)
Con el propósito de rescatar de las tramas literarias los paisajes de un continente en perpetua transformación, se invita a encuadrar las propuestas de análisis en una de las siguientes líneas temáticas:

1. Diagnósticos de la crítica 
Distintos exponentes de la crítica latinoamericana se han ocupado de revelar, desde ángulos distintos, la esquiva ontología del sujeto americano. A lo largo del siglo XX, el ensayo se convierte en medio idóneo para señalar las carencias de una identidad definida, en repetidas ocasiones, como “problemática”, “incompleta” o “periférica”. Este eje temático pretende recuperar el debate acerca de la emergencia de un nuevo aparato epistemológico que discuta las categorías analíticas tradicionales y proponga nuevas vías para el reconocimiento identitario, con especial atención a los diagnósticos de aquellos críticos que descubren en los textos literarios las claves para la redefinición continental.

2. Formas políticas de la literatura de América 
La construcción de las nacionalidades tras los episodios de independencia comporta un redescubrimiento de la realidad americana. La sustitución de los cánones estéticos de tradición europea a partir de la aparición de nuevos romances fundacionales posibilita la invención de otra América. El continente, delimitado por los nuevos mapas culturales, inicia así su recorrido hacia la emancipación sociocultural. Este apartado anima, además, a un análisis de los discursos indigenistas y sus correspondientes expresiones literarias, que al revisitar los espacios de las culturas silentes, se yerguen como formas políticas de auto-legitimación identitaria.

3. El asombro de América 
El continente americano es todavía hoy fuente inagotable de admiración. Su abrumador territorio ha dado lugar a una serie de cronotopos literarios de, en ocasiones, improbable taxonomía; cronistas, viajeros, exploradores, aventureros e inmigrantes han salido al encuentro de un espacio enigmático y representan, en sus textos, una América real o maravillosa pero siempre colosal. Este eje propone ahondar en la feraz imagen del ojo alucinado, resultante de la mirada febril del extranjero ante el Nuevo (¿nuevo?) Mundo y de su capacidad de someter la entidad americana a diversas operaciones de traslación y traducción cultural.

4. América a través del mito
Otro modo recurrente de la literatura hispanoamericana para reconocer el espacio que la contiene ha sido a través de las formas míticas. ¿De qué manera el mito ha participado (y sigue haciéndolo) en el descubrimiento y la construcción de lo americano? La identificación del territorio americano con escenarios bíblicos (Babel, la Tierra Prometida, el Paraíso Terrenal), pero también con mitos paganos (El Dorado, La Fuente de la Eterna Juventud, El Reino de las Amazonas), se inserta como recurso productivo en las redes literarias de distintas épocas. Junto a él, otros mitos actúan configurando un imaginario poblado de relatos fabulosos: el americano como buen y mal salvaje, América como escenario de redención o de barbarie, su naturaleza desbordante como lugar propicio para la fundación de ciudades legendarias. En suma, cabe pensar en América como el resultado mestizo y sincrético del cruce de mitologías paganas y judeocristianas.

5. Transgresión y ruptura
Desde las primeras crónicas de Indias hasta la más reciente literatura, el espacio se revela como catalizador textual que perfila la construcción identitaria del continente. Esta línea temática invita a reflexionar sobre la conformación del imaginario espacial latinoamericano a lo largo de la historia (a través de sus macro y microcosmos) y sobre la existencia de una visión “distópica” –que impugna la mitificación desde la que fue constituida América Latina– como signo último de fractura y atomización.


II CIJILH (2014)
Las propuestas de comunicación deberán encuadrarse en estos tres enfoques o líneas temáticas principales:

1. Literatura de fronteras.
La frontera concibe un límite y origina al mismo tiempo un intercambio. El fecundo y muchas veces olvidado territorio que esta genera es el espacio de escrituras que la interrogan en el plano temático (la literatura de la frontera mexicana es uno de los más conocidos ejemplos, pero no es el único) o que son su consecuencia en el aspecto lingüístico, pues el idioma es también confín y movimiento. Además, en esta dirección cabe señalar la existencia de las literaturas fronterizas: textos periféricos, géneros híbridos y expresiones marginales que se desarrollan en los linderos del canon. 

2. Literatura de exilios. 
El fenómeno del llamado exilio, diáspora o destierro –conceptos que poseen implicaciones más o menos políticas– ha estado presente desde los orígenes de la literatura hispanoamericana hasta nuestros días. Este eje temático explora qué tipo de literatura genera el exilio –como topos y como logos–, y cómo este es representado en los distintos géneros literarios. Asimismo, se centra en ese otro exilio que no presupone desplazamiento físico sino que se produce desde una marginalidad asumida o impuesta; es decir, obras producidas desde lo que se ha denominado exilio interior o “insilio”.

3. Literatura de viajes.
Los trasuntos literarios de las errancias de viaje confluyen en un copioso corpus hispanoamericano donde las geografías recorridas son modeladas por la pluma de sus autores, ya sean trotamundos, naturalistas o conquistadores. Cartas, diarios, relatos y crónicas alimentan una henchida red textual, que desde múltiples soportes, trabaja en la elaboración de la idea y la imagen de América. Esta línea de investigación propone examinar, a partir de los rastros literarios que dejan las travesías de descubrimiento, conquista y exploración, su participación en las (re)escrituras del Nuevo Mundo y en la definición de las controvertidas nociones de identidad, otredad o nación. 


I CIJILH (2013)
Las propuestas de comunicación deberán encuadrarse en estos cuatro enfoques o líneas temáticas principales:

1. Correspondencias transatlánticasEn los últimos tiempos, la relación entre las dos orillas del Atlántico se ha constituido como un fértil terreno de investigación, tendiendo numerosos puentes sobre el océano para examinar esta próxima lejanía o lejana proximidad. La crítica propone modelos de análisis basados en estos intercambios, los autores viajan o emigran e incorporan el tema en sus textos y las influencias se trasladan recíprocamente de un continente a otro. ¿Cómo es el entramado literario que forma en el siglo XXI este conjunto de romances y tensiones, decepciones y esperanzas entre Latinoamérica y España, separadas y unidas en el denominador común del idioma? Dentro de este eje temático, se tendrán en cuenta las propuestas que revisen los temas de la Guerra Civil española y el exilio en la literatura hispanoamericana actual. 



2. Literaturas heterodoxas. Al margen de los textos de corte clásico, existe toda una producción literaria que  con frecuencia, debido a su compleja taxonomía o a su estrecha relación con otras disciplinas, permanece en  una tierra de nadie ignorada por la crítica. Es el caso de aquellas obras de difícil adscripción genérica, como sucede con la brillante crónica latinoamericana, tan en boga actualmente y, sin embargo, muchas veces relegada por tener un pie en el terreno de la literatura y otro en el del periodismo.




3. Encrucijada artística. La incorporación de la literatura comparada y los estudios interdisciplinares al ámbito de la crítica se desarrolla profundamente en el siglo XXI. La literatura latinoamericana podrá ser objeto de análisis desde una perspectiva multidisciplinar teniendo en cuenta otras disciplinas artísticas como el cine, la música, la pintura o la danza. Estos nuevos acercamientos críticos enriquecen el estudio de las obras literarias y hacen que las distintas artes confluyan y se interrelacionen.




4. Nuevas rutas de la edición. ¿Cómo ha afectado el siglo XXI a la transmisión convencional de los textos? Fenómenos como el nacimiento y el auge de las editoriales cartoneras o la irrupción de los e-readers con sus libros virtuales (por citar tan sólo dos ejemplos) proponen,ya no sólo caminos alternativos para la distribución del libro, sino en gran medida la transformación del objeto que todos conocemos. ¿Hasta qué punto el contenido puede verse modificado por las metamorfosis del continente?

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